Desde 1935, la Ruta del Vino Alemana ha estado serpenteando a través del Palatinado durante unos 85 kilómetros, desde la Puerta del Vino Alemana en la frontera francesa en Schweigen-Rechtenbach hasta Bockenheim en el norte.

En el Palatinado, el país Riesling por excelencia, donde los almendros ya iluminan los sueños de flores rosas en primavera, los kiwis, los higos, los limones prosperan en verano y los poderosos arbustos de adelfas pueblan los patios y jardines, en otoño se ofrece un mar de viñas llenas de sol y aromas para la cosecha y la deliciosa cocina del Palatinado, todo ello transforma la Ruta del Vino de Alemania en un curso de delicias. Se sirven maravillosos vinos de conocidos viñedos en arcadas abiertas, a la orilla del camino, en salas de degustación y en numerosos bares de vinos.

Un punto culminante de la ruta, que serpentea por estrechos pueblos vinícolas y serpentea por los viñedos, es el barril de vino Dürkheimer. Con un volumen de 1,7 millones de litros y espacio para unas 650 personas, es el barril más grande del mundo y hoy en día es un bar de vinos para degustación de vinos y delicias culinarias. Y también el calendario de la fiesta del vino es casi tan largo como la propia Ruta del Vino con muchos eventos grandes y pequeños.

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