Desde la Edad Media, Nuremberg ha sido un reflejo de la historia alemana, impresionante, excitante, resplandeciente entre la grandeza y la tragedia. Un nuevo espíritu floreció bajo la protección del castillo, y apenas había otro lugar donde fuera posible vivir tan bien. Y así ha permanecido hasta hoy.

Núremberg y su castillo: Hasta el día de hoy, las enormes fortificaciones, que comenzaron alrededor de 1140 bajo el emperador Konrad III, todavía dominan el paisaje de la ciudad. La Milla Histórica de Núremberg termina - o comienza - en el castillo: iglesias ricamente decoradas, fuentes imaginativas, el Tucherschloss. Los recordatorios necesarios de los oscuros parches de la historia de Núremberg pueden encontrarse en el Centro de Documentación del Reichstag, donde los nacionalsocialistas celebraron sus marchas fantasmales, o en el museo "Memorium Nuremberg Trials", donde los principales autores de la injusticia nazi fueron acusados y condenados en 1946.

Los pensamientos agradables, por otra parte, acompañan al visitante en diciembre mientras pasea por el mundialmente famoso mercado de Navidad de Nuremberg. O en el Museo del Juguete con sus exhibiciones, cuyos orígenes se remontan a la temprana edad moderna. Un poco más adentro en el pasado se encuentra el Germanisches Nationalmuseum, el mayor museo de historia cultural de Alemania: 1,3 millones de exhibiciones que abarcan un arco fantástico a través de los tiempos y los cambios. Los ciudadanos de la ciudad también demuestran su conciencia histórica con su plato favorito, la salchicha a la parrilla de Nuremberg, cuya venta se remonta al siglo XIV. Caminar sobre sus pasos es también una delicia culinaria.

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